sábado, 3 de mayo de 2014

La espiritualidad podría ser la llave de la evolución del ser humano

Por Patricia Arca Mena y Gustavo Masutti Llach


La creencia religiosa favoreció algunas ventajas evolutivas a nuestra especie. Estimuló la cohesión grupal y el altruísmo. Pero, ¿qué papel jugará la mística en el futuro? Un “Homo Gestalt Místico” apoyado en la experiencia religiosa y mística podría ser el siguiente paso en la evolución humana. La espiritualidad y la vida en sociedad podrían resolver los problemas físicos y fisiológicos que plantean el desarrollo del cerebro, la mente y la inteligencia humanas. Hay firmes bases neurobiológicas, sociológicas y antropológicas que sostienen la hipótesis.

En 1953 el estadounidense Theodore Sturgeon escribió la novela de ciencia ficción: “Más que humano”. El libro jugó con la idea del nacimiento de una nueva especie, el Homo Gestaltiensis. Planteó una posible evolución de la humanidad en un ser coral que es mucho más que la suma de sus partes. Si bien la historia estaba plagada de fantasías, la idea de una evolución hacia un “hombre social o múltiple” es muy atractiva.