lunes, 16 de diciembre de 2013

Neurocultura, fusión de saberes

Por
Prof. Dra. Patricia Arca Mena
y Lic. Gustavo Masutti Llach

Misterio, maravilla, desafío. El cerebro humano es apenas un amasijo de células que puede ser sostenido en la palma de la mano. Pero que desde su modestia, tiene la desfachatez de querer abarcar la inmensidad del espacio infinito, de tratar de desentrañar la complejidad de lo que lo rodea y de cuestionar hasta el sentido de su propia existencia.

Las neurociencias se ocupan de él, tratan de entenderlo y explicarlo. Porque al hacerlo, se interpreta la realidad de otra manera. Esa que vemos, tocamos, olemos o recordamos, pero que no es más que la decodificación que el cerebro hace de estímulos que le llegan desde “el exterior”.

Como toda disciplina nueva, hasta que defina sus límites y consiga acomodarse a una identidad, la neurociencia deberá seguir explorando sus fines y sus fronteras. En principio, es una ciencia que investiga la estructura, la función biológica, química, farmacología, y patología del sistema nervioso y de cómo los diferentes elementos del sistema nervioso interaccionan y dan origen a la conducta.