Por
Patricia Arca Mena y Gustavo Masutti Llach
La creencia
religiosa favoreció algunas ventajas evolutivas a nuestra especie. Estimuló la
cohesión grupal y el altruísmo. Pero, ¿qué papel jugará la mística en el
futuro? Un “Homo Gestalt Místico” apoyado en la experiencia religiosa y mística
podría ser el siguiente paso en la evolución humana. La espiritualidad y la
vida en sociedad podrían resolver los problemas físicos y fisiológicos que
plantean el desarrollo del cerebro, la mente y la inteligencia humanas. Hay
firmes bases neurobiológicas, sociológicas y antropológicas que sostienen la
hipótesis.
En 1953 el
estadounidense Theodore Sturgeon escribió la novela de ciencia ficción: “Más
que humano”. El libro jugó con la idea del nacimiento de una nueva especie, el
Homo Gestaltiensis. Planteó una posible evolución de la humanidad en un ser
coral que es mucho más que la suma de sus partes. Si bien la historia estaba
plagada de fantasías, la idea de una evolución hacia un “hombre social o
múltiple” es muy atractiva.